Los Sueños del Patriota 1977-1979

Serie en Blanco y Negro

Este ensayo fotográfico se inspira en el misterio de la agonía, la muerte y la transfiguración. En esencia, documenta la liberación del preso político, Andrés Figueroa Cordero, y sus sueños. Culmina con la liberación de cuatro compañeros nacionalistas que habían estado presos durante un cuarto de siglo. En 1980 este ensayo fotográfico recibió mención honorable de la Casa de las Américas, La Habana, Cuba.

Ricardo Viera
Lehigh University Art Galleries
Director / Curador
Bethlehem, PA
Octubre de 2003

This photo essay has its inspiration in the mysteries of Agony, Death, and Transfiguration. In essence, it documents the liberation of political prisoner Andrés Figueroa Cordero and his dreams. It culminates with the liberation of four nationalist comrades who had been jailed for a quarter of a century. In 1981 this photo essay was awarded an Honorable Mention by Casa de las Américas, La Habana, Cuba.

Ricardo Viera
Lehigh University Art Galleries
Director / Curator
Bethlehem, PA
October 2003

En esencia, documenta la liberación del preso político, Andrés Figueroa Cordero, y sus sueños. Culmina con la liberación de cuatro compañeros nacionalistas que habían estado presos durante un cuarto de siglo.

AGONÍA, MUERTE Y TRANSFIGURACIÓN

LOS SUEÑOS DEL PATRIOTA explora temas tan universales, y a la misma vez tan controversiales, como el imperialismo y la independencia de las colonias, la libertad de los presos políticos (no importa cual sea su nacionalidad) y los derechos humanos, al igual que la fragilidad de la vida y su eventual desenlace final al ser afectado por la mortal enfermedad del cáncer.

Cuando los medios masivos de comunicación anunciaron, a finales de 1977, la súbita excarcelación del preso nacionalista Andrés Figueroa Cordero inmediatamente me percaté de la importancia que tenía el momento histórico para la nación puertorriqueña y de su trascendencia en el tiempo. Como no tuve el privilegio de conocer y fotografiar a otros próceres o patriotas, tales como Albizu, Hostos, Betances, entre otros, me entregué de lleno al reto y comencé a documentar fotográficamente sus últimos días de vida, para que no pasasen al olvido.

La excarcelación del preso político se debió, en parte, a las múltiples marchas populares que se estaban llevando a cabo en Puerto Rico y a través de todo Estados Unidos. Las protestas presionaban públicamente al Presidente James Carter a que lo excarcelara. Como persona de principios inquebrantables, Andresito estoicamente se negaba a firmar documento alguno solicitando su libertad, alegando que el no aceptaba culpabilidad de las acusaciones criminales que se le hacían en su contra. Repentinamente, el 5 de octubre de 1977, el juez Sirica de la corte de Distrito de Washington, DC. le redujo la sentencia al convicto terrorista puertorriqueño a tiempo cumplido, para hacerlo elegible a la libertad condicional inmediatamente.

Debido a su frágil estado de salud, ya que padecía de cáncer pulmonar y del colon, se temía de que muriera en prisión y se convirtiera en un mártir para la revolución independentista. Lo que a primera instancia se pensaba que tan solo duraría 11 días, con el cariño de su gente Andresito vivió 17 meses en libertad y yo permanecí un periodo adicional de medio año mas documentando el ensayo fotográfico – para un total de dos años de arduo trabajo en el mismo.

Cabe recordar que la década de los 1970 fue un periodo muy volátil en todo Latino América. La revolución cubana estaba en todo su apogeo, en Nicaragua la revolución Sandinista se estaba llevando a cabo, asesinaban al Ché Guevara en Bolivia y en Puerto Rico finalmente se lograba la excarcelación de los presos nacionalistas.

Durante los 1950 el Partido Nacionalista de Puerto Rico, dirigido por la carismática figura de Don Pedro Albizu Campos, llevó a cabo numerosos actos violentos en la Isla promoviendo la independencia de Puerto Rico. Bajo el lema de “La patria es valor y sacrificio” atacaron en una ocasión la Fortaleza, la mansión ejecutiva del gobernador Luis Muñoz Marín. En otros incidentes sangrientos, el 30 de octubre de 1950, durante “La Rebelión del 50”, se batieron a tiros con la policía y la Guardia Nacional en los pueblos de Jayuya, Peñuelas, Naranjito, Ponce y San Juan – llegando hasta proclamar la República de Puerto Rico en Jayuya.

El 1ro de noviembre de 1950 Oscar Collazo, junto a Griselio Torresola (muerto en combate durante el incidente), tiroteó la Casa Blair, en Washington, DC. Fue acusado de intentar asesinar al Presidente Harry S. Truman y el 6 de abril de 1952 es sentenciado a morir en la silla eléctrica. Tres meses y medio mas tarde, tras el repudio masivo de la comunidad boricua, la sentencia de muerte fue suspendida y es condenado a cadena perpetua. Coincidencia o no, al día subsiguiente, el 25 de julio de 1952, los periódicos reseñaban que Puerto Rico dejaría de ser una posesión colonial para convertirse en un Estado Libre Asociado con los Estados Unidos.

De igual forma, para denunciar internacionalmente la situación colonial que seguía padeciendo Puerto Rico, Andrés Figueroa Cordero, junto a otros tres compañeros nacionalistas – Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda é Irving Flores Rodríguez – invadieron el 1ro de marzo de 1954 la Cámara de Representantes, en Washington DC. Abruptamente le entraron a tiro a la sala de audiencia de la misma y proclamaron la soberanía de la Patria en el Congreso de los Estados Unidos. Resultaron heridos en el incidente cinco Congresistas. Los cuatro nacionalistas fueron encontrados culpables por actos terroristas y recibieron las sentencias máximas de prisión. Permanecieron encarcelados por mas de un cuarto de siglo, la mayor cantidad de años para cualquier preso político en los Estados Unidos.

El género del ensayo fotográfico, como tal, se perfeccionó con los foto-reportajes que publicaba la revista LIFE. Luego, el mismo evolucionó y los fotógrafos comprometidos lo convirtieron en su medio predilecto de expresión para denunciar las injusticias sociales. En 1975, el legendario fotógrafo W. Eugene Smith publicó su seminal libro titulado: Minamata. En su elocuente ensayo fotográfico acusaba públicamente a las grandes corporaciones é industrias de contaminar el ambiente y la cadena alimenticia con mercurio, poniendo en riesgo la salud de los habitantes en el Japón.

Poco tiempo después, tuve el privilegio de conocer personalmente a Gene cuando vino a Puerto Rico para concienciarnos sobre los peligros de la contaminación ambiental producidos en nuestra Isla por las farmacéuticas que descargaban sus desperdicios tóxicos en los ríos, los cuales luego desembocaban en el Lago Carraizo – fuente principal de suministro del agua para la metrópolis. Su verticalidad y compromiso para denunciar las injusticias sociales me impresionaron a tal grado, que par de años mas tarde realicé un trabajo similar cuando realicé mi ensayo fotográfico titulado: Los Sueños del Patriota.

Recuerdo que mientras me encontraba imprimiendo las fotografías en el cuarto oscuro, acostumbraba escuchar la música clásica del compositor Richard Strauss. Sus sinfonías programáticas, divididas en tres movimientos, me sirvieron de modelo para estructurar mi composición visual. Componen la misma, el drama de la Agonía o el pathos existencial de sus últimos años de vida, el momento de la Muerte y la Transfiguración – cuando el espíritu combatiente del patriota es liberado y se integra a la masa popular que, por ende, logra la excarcelación y libertad de los otros cuatro presos políticos.

Como se acostumbra hacer para este tipo de trabajo, tuve que desarrollar una estrecha relación de confianza entre el sujeto y el fotógrafo comprometido con la causa. Durante el transcurso del tiempo, lo fotografié en numerosos escenarios representativos de su vida cotidiana, tales como: su regreso a la Patria, los tratamientos de quimioterapia, su cumpleaños, celebrando la Navidad, momentos de intimidad en su humilde hogar en el barrio Lagunas, recibiendo un reconocimiento público en el Colegio de Abogados, durante su histórica visita a Washington, DC. (un cuarto de siglo después del tiroteo), su muerte y entierro y finalmente la llegada de los cuatro ex-presos nacionalistas.

Recuerdo que mientras fotografiaba a Andresito en el Colegio de Abogados, casualmente le comenté de lo bien que lucía con su bigote afeitado. Fríamente me reposto que el mismo se le había caído debido a los tratamientos de quimioterapia. En otra ocasión, en Washington, DC., recuerdo su euforia mientras conversaba con Lolita Lebrón (la cual se encontraba encarcelada en prisión federal) y animadamente le contaba de las múltiples marchas populares que se estaban llevando a cabo solicitando la excarcelación de los demás presos políticos. El ensayo culmina simbólicamente en el cementerio del Viejo San Juan, con la dramática figura de Lolita, rodeada por los Cadetes de la República, besando la tumba del prócer Albizu Campos en la oscuridad de la noche.

En el 1980, Los Sueños del Patriota recibe la Primera Mención del Premio de Fotografía de la Casa de las Américas. En 1981, el Consejo Mejicano de Fotografía lo exhibe en su totalidad en la Casa de la Fotografía, Ciudad México. Nuevamente, en 1984, el Colegio Universitario de Humacao las vuelve a exhibir, esta vez, conjuntamente con otros dos ensayos fotográficos que ya yo había realizado.

Héctor Méndez Caratini
San Juan, Puerto Rico
Junio de 2004

Los sueños del patriota

Pero esta mirada tan incisiva de Méndez Caratini nunca avasalla al sujeto, jamás viola su dignidad. De parte del fotógrafo hay un respeto, casi una veneración, hacia esas señas de nuestra identidad. La distancia entre el sujeto y este afán de captar su definición nunca resulta en transgresión.